La España Demagoga

Albert Rivera es una máquina incansable de arañar votos. Se empeña semana tras semana en caerle bien a todo el mundo con discursos fáciles y buscando los temas que funcionan; obviamente, y así lo muestran las encuestas (que ya superan al PP), el tema catalán es lo que da más intención de voto. Eso dice mucho de éste país.

Pues Albert Rivera ha creado un nuevo movimiento en su empresa por conseguir más votos y ganar las elecciones; no es casualidad que el movimiento se llame “España CIUDADANA”. Y lo ha hecho con un acto de presentación y lanzando una web donde se puede leer el MANIFIESTO del movimiento. Un texto simple y corto, pero lleno de demagogia.

Ya he hablado de la demagogia en el pasado; la definí como el uso de términos generales (como paro, crecimiento, igualdad entre los sexos…) sin decir nada para sustentarlos, se dicen el máximo número de objetivos buenos sin especificar qué camino se va a tomar para llegar a éstos. Cuantos más vocablos demagógicos digas en un texto o un discurso, mejor. Se trata de lanzar las redes más amplias que puedas y dejar que los oyentes o lectores se enreden en ellas por propia voluntad. Cuanto más específico seas más votos perderás, es mejor ser vago y ambiguo para que la gente proyecte sus ideas en tu discurso y lo moldeen a sus propias ideas para que crean que el demagogo piensa igual que ellos.

Pues el manifiesto de España Ciudadana es eso mismo, un discurso demagógico en el que se habla de todo y a la vez no dice nada. Es gracioso que el mismo manifiesto exprese que hay que ir en contra del populismo y el nacionalismo cuando el mismo texto es una muestra clarísima de populismo nacionalista barato. Pero eso es lo que tiene la demagogia, que le da igual qué vocablos usar mientras sean percibidos como buenos o malos, la cuestión es decir que estás a favor o en contra para quedar bien.

Analizando la estrategia de Rivera para ganar las elecciones generales, que probablemente lleguen más temprano de lo que esperamos (pues el PP no puede aguantar el desafío independentista sin la mayoría absoluta), se pueden apreciar las similitudes entre su estrategia y la que Donald Trump usó para ganar las elecciones de EE.UU de 2016. Rivera pretende usar el nacionalismo español para “unir” a los españoles, unirlos en la construcción de su “nuevo proyecto nacional”. Pero, según mi opinión, está cometiendo un error, está enfocando el asunto por el camino erróneo.

Rivera quiere llenar estadios de fútbol con españoles al igual que hizo Trump en su campaña. El poder de Trump era increíble, mientras Hillary apenas llenaba establecimientos pequeños, Trump llenaba estadios enormes y la gente se quedaba fuera por falta de espacio. A parte de que Trump posee un carisma que Rivera soñaría con tener (recordemos que estamos hablando del tipo que intentó conseguir votos desnudándose para la propaganda electoral), hay otra diferencia clave que impedirá a Rivera conseguir un movimiento de masas como el que quiere empezar: los españoles no son patriotas.

Sí, lo habéis leído bien. Los españoles no son patriotas. Los americanos llenaban los estadios de fútbol para ver a Trump porque de verdad aman a su patria, y sentían que Trump también la amaba. Por el contrario, España es un país donde los funcionarios fichan tarde, los políticos roban y los ciudadanos se lo permitimos y si no defraudas a Hacienda es que eres gilipollas. Los españoles no ven el estado como un bien mayor que hay que proteger, sino como una fulana a la que hay que metérsela a la mínima oportunidad que surja. No, Rivera no va a llenar campos de fútbol con este discurso inspirador, necesita otro tipo de discurso…

Si aún no creéis que los españoles no somos patriotas, ¡a las pruebas me remito! Ciudadanos ha estado hablando de su nuevo proyecto de estado desde hace años, pero con eso no se comió ni un torrao. Ciudadanos sólo ha surgido y ha captado el voto pepero gracias al independentismo catalán. Es su mano dura con los catalanes (boca dura mejor, pues aún no han cortado el bacalao) lo que les ha llevado a liderar las encuestas. Los españoles no se mueven por el patriotismo, se mueven por el odio a los catalanes.

Y si Rivera se da cuenta de ello y empieza a rajar cada vez más fuerte de los catalanes… entonces sí que llenará estadios. Pero, para entonces, el resultado de esos estadios llenos de odio no será para nada bonito…

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